Era un mago, se sacaba una
conversación de un mondadientes. Oh! Sack cómo lo haces hijo de
perra. Tienes que fijarte
en el aspecto, a esta tía le huele la caperuza a hierba del congo,
¿de
qué le voy a hablar? Naturalmente
de cuelgues, de disconformidad, y ya cuándo este rodeada, al saco, y
a amontonar toda su carne en mi cama, me dijo Sack y al poco
desapareció del Bar Cindy, con su mujercita, su lima había barrido
con todos los barrotes de Marru o Amalú, cómo se llame. Me fui a
una esquina a resolver mis asuntos inmanentes. Daba la impresión que
en el Cyndi, todos orinaban en los rincones. Siempre
que habrías la taza del water, te encontrabas un panal de moscas, a
Sack y a mí nos importaba bien poco, cagábamos en un cuartucho
calustrofóbico con el berrido de cientos de moscas. Sack siempre me
decía te vas a volver idiota de tanto pensar en la identidad y en el
yo. Se necesita publicidad nada más, alguien que corra la voz unas
cuántas calles, sí, la vida del hombre, leyendas de buzón, en
cuántos chismes se habrán revolcado los mitos para forjarse: ese es
Sack, que debe estar ingiriendo toda la saliva de su nueva niña
ahora, y yo aquí en el Cindy, viendo como arden los huevos fritos en
la plancha. Me fui a una
esquina a resolver mis asuntos inmanentes digamos.
Entonces si un tío esta
drogado, le hablo de drogas y congeniamos, y si un escote rebalsa, Ah,!no!Ahí aparece el yo y la caga toda. Ante
un escote que se rebalsa lo primero que se
hace es saludarlo, preguntarles de dónde vienen, entonces ir al baño
lanzar una moneda, y que
aparezcan totalmente servidos como cuando
se abre el capó de
un coche. Como todo buen
escote, siempre es un condicionante, y a
eso se añade las facturas
y la gasolina, sinceramente!!!
Esto es lo que Sack llama la
identidad invasiva, que tiene como condicionante piscológico, verte
canibalizado
por la
sociedad. Por lo tanto
deduzco que es puro
buzoneo y chisme en el fondo. Y entonces no sé, en el Cindy habría
falta… Haría falta…
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